Geográficamente, esta parte de la costa tiene vistas hacia Tramontana, casi escudriñando, entre la bruma, el litoral de Andalucía. La historia de Portopaglietto desde siempre ha tenido muchos lados ocultos e inciertos pero fascinantes como las leyendas de su origen y los acontecimientos que, en 1323, cerca de Canyelles, marcaron la historia de Cerdeña y de España.
El nombre del Hotel “Il Lido degli Spagnoli”, elegido con criterio y con una simpática audacia, hace referencia a una realidad histórica que se remonta a principios del siglo XIV, cuando el Infante Don Alfonso de Aragón – 13 de junio 1323 – desembarcó “con su flota de 60 galeras y 500 barcos de otro tipo fletados con 20000 hombres” en el Golfo de Palmas y fueron a la llanura de Canyelles para establecer su campo de asedio con el que atacar Villa di Chiesa (hoy Iglesias), según las informaciones del Casalis y el general La Marmora, iniciando así la invasión y la dominación española en toda Cerdeña. La llegada del Infante a Portoscuso estuvo marcada por vientos terribles, acaecidos unas semanas antes del 25 de junio, cuando un barco aragonés se derrumbó durante
una tormenta en la isla de San Pietro. En aquel incidente perdieron la vida seis marineros y el hijo de un Cavaliere. El mismo Don Ramón de Peralta (un noble de Aragón) corrió el riesgo de ser tragado por el mar tempestuoso.
“Lido degli Spagnoli” – porque los pescadores aragoneses, ya en aquellos años, descubren la abundancia y fama de los atunes en los mares de esta afortunada zona del sur que, desde Capo Pecora hasta Porto Paglia y por lo tanto, hasta Capo Altano, recibe estacionalmente (desde mediados de abril a mediados de junio) las numerosas
manadas de atunes generosamente invitantes y cautivadoras para dar comienzo a la “mattanza”. Puerto Ascondido … Porto Escuso “puerto escondido” …por tanto desde entonces, Portoscuso ofrecía un atraque fácil a los barcos españoles que, doblando el Capo di Portopaglietto, podían detenerse en las tranquilas y seguras bahías, para el procesamiento de los preciados y abundantes peces, en la playa de Su Pranu, y para proveerse del agua de manantial a pocos pasos de las olas y aprovisionarse de los productos que ofrecía a cambio los habitantes del interior.
